La Guía abarca el estudio de los receptores ambientales suelo, subsuelo, aguas superficiales y subterráneas, y sedimentos. El conjunto de esos receptores suelen ser denominados como “medios involucrados” a lo largo de la metodología.
A su vez, se aclara que esa metodología no contempla a las vías de exposición hacia receptores finales ya sean seres humanos y/o ecosistemas. Esta tarea corresponde a los denominados análisis de riesgos RBCA, los cuales establecen acciones correctivas basadas en el riesgo, protegiendo la salud humana y el medio ambiente, generado por un pasivo ambiental en un sitio específico.
Sin embargo, la identificación y caracterización de los pasivos ambientales es el punto de partido del proceso de análisis de riesgo. Por lo tanto, un diagnóstico SAI realizado conformemente a la Guía CEMA, constituye una base para el desarrollo posterior de esos análisis.