En la identificación y la caracterización de pasivos ambientales, se enfrentan la necesidad de obtener información de calidad y en abundancia que represente el estado real del predio, con la realidad económica que implica los costos de obtención de datos [PACHÓN, 2003].

Por ello, una metodología adecuada de investigación es requerida a los fines de optimizar la calidad del diagnóstico y el uso de los recursos disponibles.
La primera meta de una metodología de investigación es brindar los elementos para una planificación sistemática del conjunto de los trabajos. Una investigación de sitio es un procedimiento secuencial e iterativo que permite articular el conjunto de los trabajos, formular objetivos específicos y seguir criterios de decisiones.

A su vez, el proceso de investigación implica la recopilación, generación y evaluación de numerosos datos de diferente calidad para la toma de decisiones. La pertinencia de un diagnóstico está consecuentemente relacionada con el conocimiento de la calidad de estos datos.

Esos datos, recopilados o generados, están siempre afectados por cierta incertidumbre que es necesario acotar. Por ello, la metodología de investigación debe incorporar criterios para brindar robustez a los datos.

Un diagnóstico erróneo pueden llevar a la conclusión que una zona es probablemente no contaminada, cuando está en realidad afectada por un pasivo ambiental. Para entender la importancia de la calidad del diagnóstico, es necesario mencionar que la mayor consecuencia de un diagnóstico erróneo implica un riesgo para la salud pública y/o para el ambiente, y/o un riesgo económico para el titular del bien o el responsable de la remediación del daño.

Organismos nacionales e internacionales elaboraron normas metodológicas para la investigación de sitios (potencialmente) contaminados, cada una de ellas con sus particularidades. Entre las de mayor interés para el tema tratado en el presente documento, se pueden destacar las siguientes normas:

  •  IRAM 29481-5:2005 (antecedentes: ISO 10381-5:2005) describe un proceso de investigación exploratoria de sitios donde, o bien se sabe que existe contaminación o bien se sospecha la presencia de contaminantes.
  •  IRAM 29482:2008 (antecedentes: ISO 10381-5:2005) comprende un proceso de investigación detallada para aquellos sitios en los que se sabe que existe contaminación, que permita establecer el grado de contaminación o la calidad ambiental del sitio.
  •  IRAM 29481-1:1999 establece los principios generales para aplicar en el diseño de los programas de muestreo dirigidos a la caracterización de la calidad del suelo y al control de dicha calidad, a la identificación de las fuentes de contaminación y al reconocimiento de sus efectos en el suelo y en su material afín.
  •  IRAM 29550:2003 desarrolla un diagrama de flujo para asistir como directiva y guía a los responsables de un sitio o de un proyecto, en las investigaciones en sitios en los que se sospecha o está confirmado que ha ocurrido un incidente de derrame de hidrocarburos. Esta norma incluye recomendaciones en cuanto a los niveles de calidad de los datos analíticos.
  •  ASTM E 1527:2000 define prácticas para llevar a cabo la evaluación ambiental de sitios de fase I para evaluar el potencial de contaminación de un sitio mediante la recopilación y revisión de la información ya existente; se limita generalmente a los estudios de registros históricos.
  •  ASTM E 1903:2002 presenta la fase II de evaluación ambiental de un sitio para la evaluación de (potencial) contaminación identificada en la fase I.

Esas normas son de aplicación voluntaria y proveen lineamientos generales para el diseño de investigación de sitios motivada por distintos objetivos.
El marco normativo y legislativo argentino no establece, hasta la fecha, criterios mínimos para el conjunto de los trabajos de investigación, tales serían la información mínima a recopilar preliminarmente, una cantidad mínima de muestras o los objetivos de calidad.

La Comisión de Sitios Contaminados y Seguros Ambientales de la CEMA considera que, dada la significativa diferencia de calidad entre los estudios realizados hasta la fecha en el país, es necesario fijar criterios mínimos para asegurar un nivel aceptable de rigurosidad de los diagnósticos y generar resultados de calidad conocida a fin de reducir el nivel de incertidumbre en la toma de decisión basada en un SAI.

A su vez, es importante destacar que en el marco de un SAI, son consideradas e investigadas todas las sustancias contaminantes detectadas, a los fines de conocer los pasivos ambientales ocasionados por las actividades del predio en su integralidad.
La Guía CEMA incluye tanto criterios mínimos para reducir el nivel de incertidumbre y generar datos de calidad conocida, como así también herramientas prácticas para la planificación y la documentación de la investigación realizada.

(2) El PROSICO denomina “investigación confirmatoria” a la fase de investigación exploratoria presentada en la Guía CEMA.

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